No hay nada que te haga sentir más libre que viajar. Cuando trabajas o vives en un mismo lugar, normalmente estás sujeto a una serie de obligaciones: pagar los recibos, trabajar, cumplir unos horarios…Viajando eres el dueño de tu propio destino, sin que nada ni nadie te obligue o te haga hacer nada que no quieras. Te advertimos, una vez que sientas esa sensación, será muy difícil no volver a tenerla.

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