Visitar nuevos destinos es una de las razones para conocer el mundo. Quizás es la razón más famosa o con más prensa. Es la primera respuesta que la mayoría de las personas dan a la pregunta de “¿Por qué viajas?”. Si bien para nosotros no es ni el único motivo ni el más importante, tenemos que reconocer que nos encanta conocer nuevos lugares.
¿Qué son los “lugares”? Son espacios, son coordenadas, son puntos geográficos pero para nosotros fundamentalmente son las posiciones de nuestra trayectoria.
Amamos vivir viajando porque viajar es sinónimo de moverse y moverse implica estar en distintos lugares.
Admiramos y contemplamos la naturaleza; nos sorprendemos, nos conectamos, nos concientizamos. Y lo bueno de conocer todos estos lugares es que la naturaleza nos encanta pero no alcanza, no es suficiente para conocer los lugares profundamente.
Movernos de un lugar a otro y permanecer por un tiempo, nos permite acercarnos a la cultura de cada lugar: lo que se come, cómo se trasladan en transporte público, qué se vende en los mercados locales, cómo es la arquitectura, cómo es el ritmo diario y cuáles son las actividades cotidianas; cuál es la historia y cómo es su presente, cuál es la situación política y económica.

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